Hola de nuevo, el motivo por el cual no he posteado durante todo este tiempo es que he estado muy liado. Halloween ya pasó aunque aún me quedaban varios temas a tratar sobre esta fiesta, uno de ellos, la leyenda de
Jack-o-lantern (sobre el cual tenía muchas ganas de hablar). Pero en esta época en la cual todo el mundo está comenzando a centrar su atención en las fiestas navideñas, no veo muy apropiado escribir sobe ese tema.
De este modo, recuperaré temas que languidecen en un rincón de mi mente y les postearé. Una de las tradiciones sobre las que pensé hablar desde que cree el blog son las
banshees, las mensajeras de la muerte irlandesas.
Banshee
Ver una
banshee es la cosa más espantosa que pueden imaginarse algunos... y con razón: cuando alguna de estas apenadas figuras hace acto de presencia ante un irlandés, significa que un miembro de su familia va a morir pronto.
Las
banshees forman parte del folklore irlandés desde el siglo VIII. No se trata de criaturas malvadas, pero sus inquietantes alaridos las hacen parecer bastante horripilantes. El rasgo físico más distintivo son los ojos, que se les han vuelto de un rojo encendido tras siglos de llorar a quienes amaron y por los que guardan duelo. Se las suele describir como mujeres altas y extremadamente delgadas, con una mata flotante de cabellos blancos, un vestido verde y una capa gris con capucha. Sin embargo, a veces pueden aparecer bajo la forma de una viejecita menuda o de una hermosa joven de cabellos dorados vestida de rojo.

Cada banshee se dedicaba exclusivamente a una de las grandes familias irlandesas, a la que servían durante siglos y siglos, aunque sólo aparecen cuando un miembro de la familia está a punto de morir. La banshee más famosa de la antigüedad se llamaba Aibhill, y rondaba a la familia real de los O'Brien. Según cuenta la leyenda, el anciano rey Brian Boru partió hacia la batalla de Clontarf en 1014 sabiendo que no sobreviviría, pues Aibhill se le había aparecido la noche anterior, lavando las ropas de los soldados hasta que toda el agua se hubo vuelta roja de sangre.
Posteriormente se dijo que las banshees mostraban su respeto hacia los difuntos gimiendo o lamentándose debajo de la ventana del moribundo, a veces elevándose por los aires hasta varios pisos de altura para poder hacerlo. En una historia famosa que data del siglo XVII, la invitada de una casa irlandesa describe el susto que se llevó al oír una voz en mitad de la noche: "Aparté la cortina y, en el hueco de la ventana, vi a la luz de la luna a una mujer que se apoyaba contra el cristal; tenía el pelo rojo y su tez estaba pálida y demacrada. Hablaba muy alto, en un tono que nunca había oído antes, y entonces, dando un suspiro que parecía más una ráfaga de viento que un aliento, se desvaneció." Como luego descubriría, alguien había muerto esa noche en la casa.
Una banshee puede también permanecer a cierta distancia, una figura solitaria que nos anuncia una muerte paseando por las colinas que circundan la casa de la familia (banshee proviene del galéico bean si, lo cual significa "mujer de las colinas") o sentada sobre un muro de piedra. A veces no es visible, pero sus gemidos penetrantes no dejan lugar a dudas respecto a su presencia.
En las pocas ocasiones en que varias banshees aparecen juntas, se sabe que va a morir alguien muy importante o respetado.
Sólo las familias antiguas, las que pueden trazar su linaje hasta los legendarios héroes irlandeses de la temprana Edad Media, tienen su banshee, según se dice. Al principio, sólo se incluía a las familias cuyo apellido comenzaba con O' o Mac', pero después de siglos de matrimonios mezclados hay cientos de familias que pueden atribuirse también este honor. Como sienten auténtico fervor por las líneas de sangre, las banshees seguirán a su familia allá donde ésta vaya. Por eso, se dice que los lamentos de estas brujas se pueden oír en Inglaterra, América y en cualquier sitio donde un irlandés haya fijado su residencia.